“Tus brazos siempre se abrían cuando quería un abrazo. Tu corazón comprendía cuando necesitaba una amiga. Tus ojos tiernos se endurecían cuando me hacía falta una lección. Tu fuerza y tu amor me guiaron, y me dieron alas para volar”.
Con una misa oficiada por el Padre Fernando Barrera, se celebró en nuestro establecimiento el “Día de la Madre”.